El denominado Santo Cristo de Gracia es una imagen de Cristo en la cruz con tres clavos, de tamaño casi natural (160 cm de altura, aproximadamente). Está tallado en madera y recibe policromía apropiada a las carnaciones y demás detalles anatómicos. El paño de pureza está estofado.
Se sitúa en una capilla lateral de la iglesia parroquial de Pradilla de Ebro. Dicha capilla es de planta cuadrangular, cubierta con una cúpula sobre pechinas y decorada con un entablamento clasicista cuya forma similar se dispone también en el anillo inferior de la cúpula. El muro de la cabecera está ocupado por un «retablo de pincel», es decir, un gran lienzo que pintado ficticiamente como un retablo, con su mazonería y casas dedicadas a escenas de la Pasión de Cristo. En el centro de este retablo se colocó la imagen del Santo Cristo de Gracia. En los medio-puntos laterales de la capilla, determinados por las pechinas, se colocaron dos grandes lienzos en forma de lunetos que representaban, respectivamente, la Resurrección y la Ascensión de Cristo. Tanto las pinturas del retablo fingido como las de los lunetos son características del alto barroco y parecen realizadas por un mismo pintor o taller, hacia finales del siglo XVI I o primeras décadas del siglo XVIII.
El estado de conservación del Santo Cristo de Gracia no es malo en su conjunto; se mantiene bastante integro y no parece haber sufrido repintes o añadidos. Sin embargo, presenta abundante suciedad, grietas y perdidas de policromía, problemas que podrían resolverse de modo muy satisfactorio a través de la restauración de la imagen.
Sus características formales responden plenamente a la llamada «escultura romanista», corriente artística de signo clasicista iniciada en el bajo Renacimiento y desarrollada en Aragón en las dos ultimas décadas del siglo XVI y primera mitad del siglo XVII. Dentro de esta corriente artística fueron erigidos numerosos retablos de tipo «desornamentado» o «contrarreformista», de acusada altura, casas adinteladas y aveneradas, frontones curvos y partidos, columnas estriadas, discreta decoración geométrica y motivos «herrerianos» (bolas, piramidiones…). Simultáneamente, la imaginería que rellenaba estos retablos es fiel a una plástica de inspiración «miguelangelesca», de talla monumental y enérgica volumétrica que comprime la fuerza interior de los personajes en poses serenas.
El antiguo retablo mayor de la iglesia de Santa Engracia de Zaragoza. El retablo mayor que se levanta en la iglesia alta del Real Monasterio de Santa Engracia fue promovido por su prior fray Jaime Ballester (1597-1599) en el año 1598, tal y como nos relata el cronista P.Martón.
Aunque Martón no lo menciona expresamente, el retablo culminaría en su ático con un calvario formado por las imágenes de Cristo crucificado, la Virgen y San Juan. Era elemento normativo en todos los retablos de la época.
El retablo mayor de la iglesia alta de Santa Engracia fue desmontado en el siglo XVIII con motivo de las obras de reformas y reconstrucción que se llevaron a cabo en dicho templo. Se coloco en su lugar un nuevo retablo mayor, tardobarroco , compuesto con un gran lienzo de F rancisco Bayeu, dedicado al martirio de Santa Engracia, y con imágenes de santos realizadas por el escultor Lamberto Martínez Lasanta, hacia el año 1763. El retablo antiguo, por lo tanto, quedaba desarmado y en condiciones de poder emplear sus partes para otros fines o destinarlas a otros lugares.